Alas con puntas vuelve a retarnos
  Virginia Alberdi
 

 

Hacer arte desde el arte, para ser más exactos aún, arte del arte, resulta complejo y desafiante, pues requiere alcanzar identificación plena con los creadores, sus propuestas y, llevar la expresión de uno a otro soporte, sin que pierda su esencia de la obra primigenia.

Cuando Roberto Chile concibió el proyecto Alas con puntas, en su primera versión, reunió a doce creadores de diversas manifestaciones para presentar sus obras a través de un tamiz que le permitiera aportar una visión personal sobre cada uno de ellos, en un homenaje de marcada impronta martiana. Ahora ha ensanchado esa ruta con una serie que ha subtitulado desde el uso de un término originario del cine: Toma 2, en la que ocho artistas integran la nueva selección y, es más preciso el trabajo del curador cuando las obras que se exhiben son las mismas que aparecen en los vídeos filmados.

Los audiovisuales, leit motiv de esta muestra, reflejan no sólo las obras creadas, sino que se sumergen en los procesos de construcción de la imagen a través de códigos audiovisuales aventurados (puesta en escena, fotografía, montaje, banda sonora) que descifran aristas del pensamiento estético de los artistas registrados y el destino de sus supuestos. En esta selección, como en la anterior, se destaca la creatividad de los artistas elegidos, pues cada uno es exponente de la calidad y la diversidad del arte contemporáneo cubano.

Atentos advertirán los espectadores la utilización de la música, en tanto contribuye a definir el tiempo del relato y consigue una correspondencia dialógica con la materia visual. Alguien ha recordado la cercanía del trabajo de Chile con los procedimientos del video clip y, no le falta razón. Sin embargo, se trata de una mera aproximación formal, puesto que existe una notable diferencia en la proyección conceptual y en el alcance comunicacional. Su arte no responde a mecanismos promocionales ni comenta o ilustra las realizaciones artísticas referenciadas tampoco las reformula radicalmente en aras de una interpretación que se desligue de ellas. Tendría que hablarse entonces, con entera propiedad, de un múltiple tejido de vasos comunicantes entre realidades artísticas que se complementan.

En esta serie de Alas con puntas –pensemos que no será la última- los artistas de reconocida trayectoria y amplias posibilidades creativas que integran Toma 2, ofrecen una sensible prueba de talento e instalan al público en una dimensión de estímulo mayor.

Frémez vino a poner a la mujer en su lugar, en equipo con Fabelo, lo misterioso del alma femenina, Miss Liberty callada y torturada. Las infinitas maneras con que clama por un mundo más justo, más tierno y más humano. Que el poder del imperio y las tinieblas niega y mata.

Disfrute de los sentidos, atinada convergencia entre imaginario y multiplicidad de estilos y leguajes de las artes plásticas, música excepcional para hacer brotar las imágenes y, audiovisual inteligente; Alas con puntas… Toma 2 vuelve a retarnos.